lunes, 22 de septiembre de 2008

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Me molesta la gente que te juzga por como te vés, por como te vestís, te juzgan por tu estética cuando lo que cuenta es el interior. Alguien no es más o menos lindo porque se vista de tal o cual forma, o de una marca determinada; una persona no es más o menos fea porque sea mas gorda o mas flaca que otra. No hay un estereotipo de belleza, nadie es perfecto y uno no se puede enamorar de la belleza del otro. Cuando uno se enamora su interior lo ve en su exterior y le parece hermoso, sea gordo, flaco, alto, bajo, tenga cintura, o no la tenga, tenga mas o menos
pechos que otra chica o no tenga cola. No vas a enamorar a alguien porque te pongás perfume importado o te maquillés. El amor no se encuentra cuando se busca, el amor llega sin que lo llamen y en los mejores casos llega para quedarse. Y cuando esto sucede toda tu tristeza se divide y tu alegría se multiplica. Pero hay que saber darse cuenta cuando llegó para quedarse,
y cuando llegó y vos querés que se quede. El amor es de a dos, y para que siga en pié basta con que los enamorados se amen. El amor es más fuerte que cualquier tempestad, pero aún así existen tempestades mucho más fuertes que arrasan con todo lo que tiene a su alcance.
A veces simplemente uno deja de sentir, y a veces el pasado afecta al presente y al futuro y provoca que el viento sea cada vez más fuerte. Solo hay que encontrar un refugio reforzado, una estabilidad; encontrar el punto indicado para que la tempestad no acabe con todo, para que el

amor que sienten siga su camino hacia el futuro, sin que nada ni nadie se interponga.